COMIENZA FIC. FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE GÁLDAR
NOTAS EN UN FOTOGRAMA. 2 DE OCTUBRE DE 2013
Arrancamos el mes de octubre con nuevos proyectos. El primero es Notas en un Fotograma, un podcast semanal dedicado al mundo de la música para el cine. En esta primera entrega hablamos de la música de "Kon-Tiki" y de su compositor, Johan Söderqvist, además de las canciones de "2 Guns" y el 15 aniversario de la partitura de Michael Kamen para "Más Allá de los Sueños". Esperamos que lo disfruten.
ESTRENOS DEL 4 DE OCTUBRE
La actualidad de esta semana pasa especialmente por la 61ª edición del festival de San Sebastián, que fue clausurado el pasado fin de semana. Con un palmarés que ha dado como ganadoras a la venezolana “Pelo Malo” de Mariana Rondón (Concha de Oro a la Mejor Película) y “La Herida” de Fernando Franco (Premio Especial del Jurado y Concha de Plata a la mejor actriz para Marian Álvarez), llega ahora el momento de que algunos de los títulos que se pasearon por esta fundamental cita cinematográfica de nuestro país inicien su carrera comercial.
“La Herida” es el debut como director en el largometraje de Fernando Franco, más conocido por su labor como montajista de títulos como “Bon Appétit”, “Blancanieves” o “Alacrán Enamorado”. Retrato descarnado sobre una mujer con trastorno límite de la personalidad, el proyecto inicialmente estaba pensado como documental, pero a partir de la recopilación de información, el cineasta fue ideando a su personaje principal y creando la historia de ficción.
Ana tiene 28 años, se siente útil y satisfecha en su trabajo rutinario ayudando a otros. Sin embargo, fuera de su jornada laboral, ANA tiene serios problemas para relacionarse. Es socialmente torpe, incluso agresiva, con las personas más cercanas y queridas. Ana no puede controlar este comportamiento ni sus emociones, por las que sufre y se atormenta, sintiéndose culpable. En el fondo sólo querría estar bien consigo misma y con los demás, ser feliz. Poco a poco, su conducta se va haciendo cada vez más autodestructiva hasta autolesionarse, sintiéndose cada vez más aislada. Ana padece lo que los psiquiatras llaman trastorno límite de la personalidad, o conducta borderline. Pero ella no lo sabe.
Protagonizada por Marian Álvarez, cuenta también con la participación de Ramón Agirre, Nagore Aramburu, Iñaki Ardanaz, Ramón Barea y Luis Callejo.
Al final no obtuvo premio, pero también pasó por San Sebastián la coproducción entre Chile y España “Gloria” de Sebastián Lelio, cinta que además fue presentada en el Festival de Cine de Berlín y ha sido la escogida por Chile para representar a su país en la carrera a los Oscars en el apartado de Mejor Película de Habla no Inglesa.
En ella se nos narra la historia de Gloria, una mujer de 58 años que está sola en la vida. Para compensar el vacío, llena sus días de actividades y por las noches busca el amor en el mundo de las fiestas para solteros adultos, donde solo consigue perderse en una serie de aventuras sin sentido. Esta frágil felicidad en la que vive se altera cuando conoce a Rodolfo, un hombre de 65 años, recientemente separado, que se obsesiona con ella. Gloria comienza un romance, pero éste se complica por la enfermiza dependencia de Rodolfo hacia sus hijos y su ex mujer. Esta relación, a la que Gloria se entrega porque intuye que podría ser la última, acabará por hacerla estrellarse contra la cruel realidad del mundo. Gloria deberá reconstruirse para enfrentar con nuevas fuerzas su definitiva entrada a la vejez.
La cinta está protagonizada por Paulina García, quien ha recibido excelentes críticas por su trabajo allí donde se ha podido ver la película, y Sergio Hernández.
Siguiendo la estela de Mortadelo y Filemón, llega a la pantalla “Zipi y Zape y el Club de la Canica”, recuperando a los famosos personajes del TBO creados por Escobar a finales de la década de los 50 del pasado siglo. Esta pareja de traviesos gemelos han sido modernizados por el director de “El Mal Ajeno”, Oskar Santos, quien los ha llevado al terreno del cine juvenil norteamericano de los años 80, con referentes como “Los Goonies” como principal influencia.
Cuando Zipi y Zape son enviados al Centro Re-educacional Esperanza pronto descubren que, más que un colegio, ese lugar es una cárcel para niños donde jugar está prohibido. Allí fundan el Club de la Canica, la resistencia infantil que desafía la autoridad de los adultos. Gracias a su inteligencia, su valentía y su inquebrantable fe en la amistad, Zipi, Zape y el resto del club descubrirán un misterioso secreto que se oculta en el colegio y vivirán la aventura más emocionante de sus vidas.
Zipi y Zape están interpretados por Daniel Cerezo y Raúl Rivas, a los que acompañan Claudia Vega, Álex Angulo, Javier Gutiérrez, Santi Ugalde, Marcos Ruiz, Christian Mulas, Fran García y Juan González.
Mientras su carrera musical parece haber abandonado ya los inocentes tiempos de Hannah Montana, la carrera cinematográfica de Miley Cyrus sigue encasillada en papeles de corte adolescente.“Peligrosamente Infiltrada” es una comedia juvenil ideada como lucimiento de su estrella, y en la que esta ex niña Disney ha sido dirigida por Tom Vaughan, director de trayectoria principalmente televisiva y ya tiene experiencia en el género de la comedia con cintas como “Algo Pasa en Las Vegas”
Molly Morris es una detective privado curtida en las calles que es contratada por el FBI para entrar de incógnito en una hermandad de mujeres de una universidad y proteger a la hija de un mafioso. En su nueva misión Molly deberá cambiar de actitud, y convertirse en una joven refinada.
Junto a Miley Cyrus podemos encontrar a Jeremy Piven, Mike O'Malley, Joshua Bowman, Lauren McKnight y Kelly Osbourne.
El mundo de las apuestas por internet es el punto de partida de “Runner, Runner”, un thriller protagonizado por Justin Timberlake y Ben Affleck. Acompañan a los dos protagonistas la ex chica Bond Gemma Artenton y Anthony Mackie, visto recientemente en “Dolor y Dinero” y que en breve debutará en el papel del superhéroe de la Marvel El Halcón en “Capitán América. El Soldado de Invierno”. Dirige la película Brad Furman, quien ya mostrara buen pulso con la cinta protagonizada por Matthew McConaughey “El Inocente”.
Richie, estudiante de Princeton, cree que ha sido estafado y viaja a Costa Rica para enfrentarse al magnate de las apuestas online Ivan Block. Richie es seducido por Block con la promesa de una inmensa fortuna, hasta que descubre la inquietante verdad sobre su benefactor. Cuando el FBI intenta coaccionar a Richie para cazar a Block, Richie se enfrentará a la mayor de las apuestas: intentar ser más hábil que los dos mundos que le acorralan.
Finalmente cerramos los estrenos de esta semana con un título de peso y que también pasó por San Sebastián, siendo la película encargada de inaugurar el festival. “Gravity” supone el regreso de Alfonso Cuarón a la gran pantalla siete años después de su éxito con “Hijo de los Hombres”. Protagonizan la cinta Sandra Bullock y George Clooney.
La doctora Ryan Stone es una brillante ingeniera especializada en medicina que inicia su primera misión en un transbordador, con el veterano astronauta Matt Kowalsky, al mando de su último vuelo antes de retirarse. Pero en un paseo espacial aparentemente de rutina se desencadena el desastre. El transbordador queda destruido, dejando a Stone y Kowalsky completamente solos, unidos el uno al otro y dando vueltas en la oscuridad. El terrible silencio les indica que han perdido cualquier vínculo con la Tierra... y cualquier posibilidad de rescate. A medida que el miedo se va convirtiendo en pánico, cada bocanada de aire consume el poco oxígeno que queda. Pero el único camino a casa solo puede encontrarse adentrándose más y más en la aterradora extensión del espacio.
ADIVINA QUIÉN VIENE AL CINE. 5 DE OCTUBRE
1. ESTRENOS
2. CRÍTICA: LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI, KON TIKI, 2 GUNS
3. PROTAGONISTA: TOM CLANCY
4. LA PELÍCULA DEL RECUERDO: “KON TIKI” THOR HEYERDAHL 1950
5. NOTICIAS
6. CINE EN CANARIAS: FIC. FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE DE GÁLDAR
7. Y LA PRÓXIMA SEMANA….
NOTAS EN UN FOTOGRAMA. 9 DE OCTUBRE
NOTAS EN UN FOTOGRAMA. 16 DE OCTUBRE DE 2013
ESTRENOS DEL 18 DE OCTUBRE
Mientras la industria nacional recupera a uno de los directores clave del boom del cine español de los años 90, Mariano Barroso, la actualidad cinematográfica internacional de esta semana está marcada por películas que adaptan dos acontecimientos históricos cercanos, la creación de la web Wikileaks, con su crisis de filtración de datos gubernamentales secretos, y uno de los casos de ataques de piratas somalíes en 2009, que curiosamente llega a nuestro país la misma semana que se ha anunciado la detención por las autoridades belgas de Mohamed Abdi Hassan, implicado en su día en el secuestro del atunero vasco Alakrana. Además Dreamworks Animation ofrece también una alternativa para el cine familiar, al mismo tiempo que uno de los nombres clave de la comedia romántica británica reciente estrena su nueva película.
Mariano Barroso es un cineasta de larga trayectoria en nuestro país, siempre interesado en películas centradas en personajes aunque muchas veces empleando para ello elementos propios del cine de género, como en “Mi Hermano del Alma”, “Éxtasis” o “Los Lobos de Washington”. Tras su anterior película el thriller judicial “Lo Mejor de Eva”, regresa ahora a nuestras pantallas con la comedia “Todas las Mujeres”, en la que cuenta la historia de Nacho, un veterinario que se enfrenta a las mujeres que han significado algo en su vida. Ante él aparece su amante, su madre, su psicóloga, su compañera, su ex-novia y su cuñada. Con todas ellas tiene cuentas pendientes y a todas ellas se tiene que enfrentar para resolverlas. El rol principal está interpretado por Eduard Fernández, quien ha pasado a convertirse en un rostro recurrente en el cine de Mariano Barroso desde que coincidieran en “Los Lobos de Washington”. A su lado un importante reparto femenino, donde podemos encontrar a Michelle Jenner, Nathalie Poza, Petra Martínez, María Morales, Marta Larralde y Lucía Quintana. Con este estreno Barroso consigue cumplir su intención original de llevar esta historia a la gran pantalla, ya que previamente fue desarrollada en forma de serie para televisión de 6 episodios, producida por la cadena TNT (convirtiéndose en la primera serie de televisión producida por un canal de pago en nuestro país ) y estrenada en 2010.
Tras finalizar las dos entregas de “La Saga Crepúsculo. Amanecer”, el cineasta Bill Condon, autor también de títulos tan dispares como “Candyman 2. Adiós a la Carne”, “Dioses y Monstruos” o “Dreamgirls”, ha vuelto a dar un giro de turca a su carrera. Acostumbrado a afrontar proyectos dispares, su nuevo trabajo os presenta la bambalinas de la creación del polémico sitio web Wikileaks. “El Quinto Poder” ahonda en la historia de Julian Assange y su colega, Daniel Domscheit-Berg, en su la lucha por exponer los engaños y la corrupción del poder, iluminando los oscuros recovecos de los secretos gubernamentales y crímenes corporativos. La cinta está protagonizada por uno de los actores de moda, Benedict Cumberbatch, conocido gracias a la serie de televisión “Sherlock” y visto recientemente como el villano de “Star Trek. En la Oscuridad”. Le acompaña Daniel Brühl, quien ahora mismo cuenta también en cartelera con otro biopic, “Rush”, donde se ponía en la piel del piloto de Fórmula 1 Nikki Lauda. Otros nombres del reparto a destacar son Laura Linney, Carice van Houten, Anthony Mackie, David Thewlis y Alicia Vikander.
Uno de los creadores de personajes televisivos como “La Víbora Negra” o “Mr. Bean”, Richard Curtis es también el guionista responsable de comedias como “Cuatro Bodas y Un Funeral”, “Notting Hill” o “El Diario de Bridget Jones”. Esta experiencia le permitió debutar como director con la espléndida “Love Actually” y ahora nos presenta “Una Cuestión de Tiempo”, una nueva comedia romántica, con toque de fantasía, acerca de las experiencias de un hombre que puede viajar en el tiempo y emplea esta habilidad para lograr el amor de su vida. La cinta está protagonizada por Domhnall Gleeson, hijo del también actor Brenda Gleeson y conocido sobre todo por su papel de Bill Weasley en las dos últimas entregas de la franquicia de Harry Potter. Le acompañan, entre otros, Rachel McAdams, Bill Nighy, Tom Hollander y Margot Robbie.
Tras el éxito de “Los Croods” el pasado mes de marzo, este año no habíamos contado con película de Dreamworks Animation para la temporada estival. Pasados los meses de vacaciones de los más pequeños, y aún lejos del inicio de la campaña prenavideña, nos llega “Turbo”, la historia de un caracol que consigue accidentalmente el poder de la hipervelocidad y se predispone a ganar las 500 Millas de Indianápolis. La cinta está dirigida por David Soren, quien debuta así en el largometraje después de dirigir para Dreamworks dos cortometrajes de “Madagascar”. En la versión original, se cuenta con las voces de actores como Ryan Reynolds, Snoop Dogg, Luis Guzmán, Bill Hader, Samuel L. Jackson, Richard Jenkins, Ken Jeong, Michael Peña, Michelle Rodriguez, Maya Rudolph o Paul Giamatti.
“Capitán Phillips” es también uno de los títulos esperados de la temporada y no es para menos. Dirigida por Paul Greengrass, autor de “El Mito de Bourne” y “El últimatum de Bourne”, quien regresa al cine después de la tibia recepción que tuvo su anterior trabajo “Green Zone: Distrito protegido”, y protagonizada por Tom Hanks, quien con este papel y su encarnación de Walt Disney en “Saving Mr. Banks” se ha posicionado como una apuesta fuerte de cara a los Oscars, narra la historia real del carguero “Maersk Alabama”, que fue retenido en 2009 por piratas somalíes, siendo el primer barco norteamericano secuestrado en doscientos años.
“JOBS” / “BEHIND THE CANDELABRA” / “RUSH”. EL REVERSO TENEBROSO DE LA GENIALIDAD
Como es habitual una vez entramos en la recta final del año, nos llega la temporada de premios, con los Goya (por parte del cine nacional) y los Oscars (en lo que se refiere a las producciones hollywoodienses) como objetivo final. Los últimos estrenos en nuestro país parten con aspiraciones a colocarse en esta carrera, llamando la atención la importante cantidad de biopics que nos irán llegando próximamente. Aunque generalmente esté considerado como una categoría agradecida por parte del público y las candidaturas de premios, sobre todo en lo referente al apartado interpretativo, el biopic es un género difícil en cuanto a su preocupante tendencia a un tratamiento convencional y meramente ilustrativo. Pocas son las cintas integradas dentro de esta etiqueta que verdaderamente han supuesto un aporte importante al arte cinematográfico, siendo obras que, por regla general, tienden a caer rápidamente en el olvido. De los múltiples títulos que nos llegarán en los próximos meses veremos cuántos serán capaces de sobrevivir más allá de su etapa comercial en los cines y su campaña inicial en formato doméstico.
“jOBS”. EL MUNDO EN SUS MANOS
Vivimos en una sociedad cada vez más determinada por la tecnología, donde la introducción de componentes informáticos en los objetos más cotidianos les está dando una nueva vida y una nueva dimensión. Hoy en día pocas son las cosas que no podamos hacer ya desde nuestro smart phone y, sin embargo, somos auténticamente ignorantes de lo que se nos avecina. Los avances son cada vez más rápidos y lo que ayer era revolucionario, mañana estará obsoleto. Uno de los principales responsables de esta vorágine en la que nos encontramos fue Steve Jobs y su empresa Apple. Reconocidos como referentes y modelos a seguir o imitar, la polémica no está ausente de la biografía de este idealista. Fallecido hace dos años, víctima de un cáncer de páncreas, su biopic llevaba forjándose desde mucho antes, siempre con la idea de centrarse más en el periodo de su juventud y sus años de garaje antes de fundar una de las más importantes empresas de informática del mundo. La particular personalidad de Jobs, su visión a la hora de aplicar la tecnología a la vida cotidiana del ciudadano medio, las luchas internas dentro de la empresa y las traiciones que marcaron la trayectoria de Apple eran sin duda material dramático de primer orden a la hora de construir una película biográfica. La controversia definió también el trabajo de los cineastas detrás de este proyecto, sobre todo ante la imposibilidad de tocar determinados aspectos de la vida del protagonista. Sin embargo, estos obstáculos no son ápices para justificar el resultado final.
Si Steve Jobs fue, efectivamente, una figura revolucionaria en el mundo de la informática y la tecnología se debió, entre otras razones, por buscar siempre un camino diferente e innovador en cada proyecto que emprendía. Es por esto que resulta tan lamentable que su biopic haya resultado ser una película tan vulgar y anodina. Tampoco es que uno esperara mucho de un director como Joshua Michael Stern, entre cuyos créditos lo más destacado había sido “El Último Voto”, una olvidable comedia protagonizada por Kevin Costner, cuyo único mérito era la presencia siempre efectiva de actores como Kelsey Grammer, Dennis Hopper, Nathan Lane o Stanley Tucci. Con su último trabajo, este director tenía la oportunidad de ahondar en la vida de alguien que cambió la sociedad tal y como la conocíamos, sin embargo, se limitó a rodar un melodrama televisivo de sobremesa, insípido y formulario. Nada en su puesta en escena es digno de mención. Se trata de una película que parece rodada con desgana, sin fuerza narrativa, sin carga dramática más allá del conjunto de clichés habituales y agotados. La dirección de actores busca únicamente que los intérpretes mimeticen a los referentes reales, como si una caracterización clónica pudiera sustituir a la indagación psicológica de los personajes.
Para ser justos, también hay que aclarar que Joshua Michael Stern tampoco tenía mucho que hacer con el rudimentario guion del principiante Matt Whiteley, quien nos presenta una versión recortada y simplificada, un reader’s digest de baratillo, de la biografía de Steve Jobs, centrándose en su relación con Apple, pero desestimando muchos elementos clave en su vida. A penas existe un tratamiento interno del personaje, las elipsis dejan descolgado componentes dramáticos y emocionales necesarios para comprenderlo mejor e incluso a la hora de ilustrar su faceta profesional se queda muy corto. Eso en lo que se refiere al protagonista, si ya nos fijamos en los secundarios, nos encontramos con que la inmensa mayoría de ellos cumple una función meramente testimonial, entrando y saliendo de la acción prácticamente sin dejar huella. Salvo Jobs, sólo hay dos personajes dignos de cierto interés, el compañero de éste en los orígenes de Apple, Steve Wozniak, interpretado por Josh Gad, y Mike Markkula, el primer ejecutivo que apostó por la genialidad de nuestro protagonista, al que da vida el siempre efectivo Dermot Mulroney.
Al final la película se lo juega todo a una carta, la interpretación de Ashton Kutcher, mediocre actor, cuya mayor aportación al papel es el gran parecido físico con el verdadero Steve Jobs. Desgraciadamente, Kutcher, ansioso de demostrar que puede ser un actor serio y alejarse así del tipo de comedietas románticas de medio pelo que suele interpretar en el cine, se dedica toda la película a mimetizar la forma de andar y los gestos de su personaje. Es tal el esfuerzo que pone en estos detalles, que su interpretación resulta excesiva y forzada, en muchas ocasiones rayando la parodia.
En definitiva, “jOBS”, la película, es “un quiero y no puedo”, una película muy limitada y rutinaria que se queda a años luz de lo que su protagonista se merecía. No es que no podamos compararla con el espléndido biopic de Mark Zuckerberg que realizó David Fincher en “La Red Social”, es que también queda en evidencia ante aquel primer acercamiento televisivo a los orígenes de Apple y Microsoft que fue “Los Piratas de Sillicon Valley”, protagonizada por Noah Wyle y Anthony Michael Hallen 1999. Y es que hasta la entrada de Wikipedia sobre Steve Jobs resulta más ilustrativa y emocionante que la película perpetrada por Joshua Michael Stern.
“BEHIND THE CANDELABRA”. EL CREPÚSCULO DE LOS DIOSES
Si decíamos que “jOBS” es una cinta estrenada en cine, pero que evidenciaba una narrativa propia de melodrama televisivo de sobremesa, la siguiente cinta que queremos tratar aquí representa todo lo contrario. A nadie se le escapa que la televisión es un medio que se encuentra en medio de una revolución creativa, ofreciendo algunos de los mejores trabajos de la ficción actual. Mientras el cine parece anquilosado en fórmulas reiterativas, pensadas para atraer al público juvenil y sacrificando a los espectadores adultos, la pequeña pantalla está acogiendo a toda esa audiencia que ha preferido quedarse en casa ante la falta de propuestas interesantes de la cartelera. Es más, algunos de los principales artistas que están viendo cómo sus proyectos cinematográficos se van aplazando sine die debido a la falta de financiación y a la poca confianza que tienen en ellos los grandes estudios, están encontrando su lugar en canales privados como HBO, dispuestos a arriesgarse con propuestas más provocativas e interesantes. Hace relativamente poco, en referencia a su película “Lincoln”, Steven Spielberg comentó que fue tal la dificultad para levantar esta producción, que el legendario cineasta se planteó reconvertirla en una miniserie televisiva y estuvo en un tris de llevar a cabo su amenaza. Otro Steven, Soderbergh, pertenece también a ese grupo de artistas desencantados con las presiones económicas marcadas por la industria cinematográfica y que ha amenazado repetidamente con abandonar el cine.
“Behind the Candelabra” fue también un proyecto que nació con intención de llegar a la gran pantalla, sin embargo, el romance entre dos gays no parecía generar buenas expectativas en los estudios, por mucho que uno de los personajes fuera Liberache, popular artista, conocido por sus excesivos trajes, sus afiladas bromas en el escenario y su habilidad con el piano. Tampoco supuso motivo suficiente para dar luz verde a la producción que los dos personajes principales fueran a estar interpretados por estrellas del calado de Michael Douglas y Matt Damon. Así que harto de luchar contra molinos de viento, Steven Soderbergh optó por trasladar todo el proyecto a la pequeña pantalla, con el apoyo también de HBO, que con este telefilm ha sumado a su extenso expediente uno de los títulos estrella de la temporada, presentada en el Festival de Cannes, donde optó a la Palma de Oro, nominada a 15 premios EMMY y ganadora de 11 de ellos, incluyendo Mejor película, Mejor dirección y Mejor Actor Principal para Douglas en las categorías de Miniserie o Telefilm. Sí hay que advertir antes de empezar que “Behind the Candelabra” no está interesada en la carrera profesional de Liberace. Si bien algunas secuencias escenifican parte de sus conciertos, esto tiene la función principal de ayudar a la descripción del personaje principal, especialmente su personalidad narcisista y egocéntrica, pero en ningún momento valorar o definir su valor artístico. La cinta adapta la autobiografía de quien fuera la pareja del músico entre 1976 y 1982, Scott Thorson, tomando el punto de vista de éste desde un primer momento. El encargado de escribir el guion ha sido Richard LaGravenese, escritor especializado en dramas de corte amoroso con un importante peso psicológico, destacando especialmente títulos como “Los Puentes de Madison” o “El Hombre que Susurraba a los Caballos”, y entre los que “Behind the Candelabra” gozará también de un puesto privilegiado.
A lo largo del metraje podemos apreciar la evolución del personaje protagonista, desde la inocencia inicial, su fascinación por el artista, la seducción que se establece entre ambos, así como una extraña relación que oscilaba entre el sexo, el paternalismo (Liberace prometió en repetidas ocasiones su intención de adoptarle, a pesar de que Thorson era ya mayor de edad) e incluso narcisismo (a instancias del pianista, el protagonista se sometió a una operación de cirugía estética para asimilar sus rasgos a los de su amante, generándole posteriormente un problema de drogadicción debido a una fuerte medicación recetada por el cirujano para mantenerse delgado y en forma). Esta dependencia, sumado a la promiscuidad del artista, fueron minando la relación, una vez se apagó la pasión y la pareja fue cayendo en la monotonía. La película dista mucho de hacer un retrato embellecedor de los dos personajes, aunque justifica sus acciones en base a las carencias afectivas de ambos y la necesidad de recibir atención del otro.
Soderbergh filma esta historia con su habitual narrativa sobria y distante, elegante y esterilizada, delegando el énfasis emocional en la historia y los actores, mientras que él se dedica a captar minuciosamente cada detalle, recreándose sobre todo en lo excesivo del estilo de Liberace. En este sentido, la película deposita también mucha importancia en el diseño de producción. Los decorados, el vestuario, el maquillaje y la peluquería ayudan a definir a los personajes muchas veces que mejor el propio guion, ofreciendo una estética de rococó kitsch, donde el lujo y lo hortera conviven sin medida. Michael Douglas y Matt Damon destilan una química excepcional, arriesgándose con papeles en los que están muy expuestos y con los que las dos estrellas demuestran su habilidad para desprenderse de su imagen masculina habitual. En este sentido, hay que destacar especialmente el rol de Douglas, quien no sólo establece una magnífica recreación de Liberace, sino que no duda en mostrar un cuerpo envejecido y flácido, frente al joven y fornido Damon. No podemos olvidar tampoco las espléndidas apariciones en papeles secundarios de intérpretes de lujo como Scott Bakula, Debbie Reynolds, Dan Aykroyd o un prácticamente irreconocible Rob Lowe.
Que “Behind the Candelabra” nos haya llegado a través de la pequeña pantalla no quita para que sea una de las propuestas más interesantes que nos ha llegado este año por parte del cine estadounidense. Si esto es lo que nos propone Hollywood como alternativa para llevar a cabo un tipo de cine de autor valiente y sin cortapisas, bienvenido sea, pero que luego no se quejen si algunos sustituimos definitivamente las salas comerciales por nuestra sala de estar.
“RUSH”. DOS HOMBRES Y UN DESTINO
Siguiendo en el terreno del biopic, tenemos también ya en cartelera desde hace varias semanas “Rush”, acercamiento a la rivalidad existente entre los pilotos de Fórmula 1 James Hunt y Nikki Lauda en la década de los 70 del pasado siglo. Dirigida por Ron Howard, supone la segunda ocasión en la que este cineasta se alía con el guionista y dramaturgo Peter Morgan tras “El Desafío. Frost contra Nixon”, y, junto con ésta, también la quinta oportunidad que ha tenido el director de acercarse a una historia verídica, tras “Apollo 13”, “Una Mente Maravillosa”, “Cinderella Man. El Hombre que no se Dejó Tumbar”. Como es habitual en la mayor parte de los biopics, hay que decir que Morgan y Howard reinterpretan los hechos reales a su conveniencia, introduciendo elementos de ficción, modificando datos o exagerando situaciones para ayudar al impacto dramático de la película. Pese a esto la cinta ha contado con el visto bueno de Nikki Lauda, quien a su vez asesoró al actor Daniel Brühl a la hora de interpretarle, y en la producción se ha hecho un intenso esfuerzo para reproducir con fidelidad la época en la que se desarrolla la historia, así como la recreación de las carreras de Fórmula 1.
A nivel argumental el principal interés de director y guionista ha sido precisamente marcar un momento de cambio en la filosofía de este deporte, empleando la figura de Hunt y Lauda como excusa para exponer dos puntos de vistas opuestos. En este sentido, podemos entender que se mediatice la relación entre los dos pilotos, convirtiéndola prácticamente en una rivalidad de tintes épicos. James Hunt representa en toda su plenitud la frivolidad imperante hasta aquel momento dentro del mundo de la Fórmula 1, donde los pilotos actuaban a modo de estrellas del rock o toreros, utilizando el hálito de muerte que les acompañaba para desarrollar un estilo de vida marcado por el exceso y la búsqueda de lo epicúreo. Sexo, drogas, alcohol y velocidad eran, sin duda, una combinación destructiva y obsesiva. Por su parte, Lauda abría una puerta a un estilo diferente de afrontar el deporte, intentando minimizar los riesgos, estudiando minuciosamente las pistas para acortar los tiempos, preparando el coche con sumo cuidado para incrementar velocidad y seguridad al volante. Sin embargo, esto lleva al personaje a una desafección total tanto del deporte como de las personas que le rodean y que acaban convirtiéndose en meros números, estadísticas y posibilidades. La cinta se interesa por las luces y las sombras de ambas personalidades, sin decantarse por ninguna de las dos en concreto. En este sentido, la cinta se apoya en un cuidado guion que busca continuamente equilibrar, como sucedía en la pistas de carrera, esa confrontación vital entre los dos protagonistas, y también en una espléndida dirección de actores. La caracterización de Chris Hemsworth y Daniel Brühl busca mimetizar el aspecto físico de sus referentes reales, pero no se queda ahí, Howard trabaja con esmero en los actores el trasfondo psicológico. Es en esto último donde sí encontramos un evidente desequilibrio, motivado especialmente por las habilidades interpretativas de los dos actores principales. Brühl demuestra ser un intérprete más formado y disciplinado, con más tablas y meticuloso a la hora de desarrollar su papel (de ahí también que haya sido tan buena elección para encarnar a Nikki Lauda), mientras que Hemsworth se esfuerza pero no logra sacarle todo el partido a su personificación de Hunt. El Thor cinematográfico sabe lucirse en los apartados más superficiales de su personaje, pero cuando se trata de ahondar en su mundo interior se muestra torpe y carente de recursos para afrontar el reto con éxito.
Donde también hay que aplaudir a la película es en la magnífica recreación de las secuencias de carreras. La puesta en escena de Howard resulta vibrante y sabe captar toda la tensión, velocidad, intensidad y peligro de cada competición. Con una narrativa más acorde a las retransmisiones televisivas actuales, dando ritmo a la acción a través de un montaje rápido y planos cortos, imperando el uso de planos detalle sacados del uso de micro cámaras en el vehículo. Ese lenguaje postmoderno contrasta con la detallista recreación de los coches, recuperando su estructura y colores para satisfacer hasta el espectador más exigente. Sin embargo, a nuestro entender, el aspecto crucial para el buen éxito de estas secuencias radica en el uso del sonido. Los motores rugen e introducen al espectador en la pista a través del oído, conduciéndolo con potencia y fidelidad para que éste se sienta dentro de la cabina del coche y no a salvo en la butaca del cine. A esto hay que sumar la espléndida banda sonora de Hans Zimmer, quien tras decepcionar con su acercamiento a “El Hombre de Acero” y jugar sobre seguro en “El Llanero Solitario”, se ha marcado aquí su mejor partitura cinematográfica para este año 2013. El que ya fuera autor de la partitura musical de “Días de Trueno”, aplica aquí una potente mezcla de orquesta y electrónica que hace despegar la intensidad de las escenas de carreras, pero que también sabe marcar de manera minimalista el carácter autodestructivo de los dos protagonistas.
En nuestra opinión, Ron Howard ha logrado con “Rush” su mejor película en muchos años y ha demostrado que su tándem con el guionista Peter Morgan puede dar lugar a importantes películas en el futuro.
“GRAVITY”. EL RENACER
En el cine no hay fórmulas mágicas, ni combinaciones perfectas. Por mucho que desde los estudios de Hollywood se quiera diseccionar las claves de un éxito de taquilla para replicar el modelo, o establecer patrones de interés de la audiencia a través de estadísticas, lo cierto es que a la hora del estreno es difícil predecir con exactitud la aceptación que va a tener una película. Estrenos recientes nos han demostrado que no por jugar sobre seguro se obtiene el efecto deseado. Por ello, frente al aumento de secuelas, remakes o adaptaciones de materiales de éxito en otros formatos como los videojuegos, el comic o la literatura, es importante mantener ese porcentaje de películas que se arriesgan por caminos intransitados. En este sentido, “Gravity” de Alfonso Cuarón recoge el testigo de “Origen” de Christopher Nolan. Ambas son dos películas que han logrado captar la atención de los espectadores con argumentos novedosos, pero también con un sabio equilibrio entre impronta autoral y componentes comerciales. Cuarón ha tardado siete años en levantar este proyecto porque nadie se atrevía con un material tan complejo y atípico, presumiendo que el público se perdería entre la jerga técnica y los extensos planos secuencia, pero finalmente la taquilla le ha dado la razón y la cinta se ha convertido en uno éxito arrasador en el que se ha conciliado el visto bueno de la crítica y el entusiasmo de los espectadores.
Parte del secreto del éxito de “Gravity” está en que en ella conviven diferentes películas, que pueden atraer a públicos dispares. Como cinta de ciencia ficción nos presenta un cuidado trabajo de recreación de las condiciones del espacio exterior. Nada es perfecto y habrá quien le ponga pegas a detalles técnicos, pero la cinta ha pretendido acercarse al reto de fidelidad científica de “2001. Una Odisea en el Espacio” y lo ha conseguido con éxito, trasladando al espectador la sensación de ingravidez de los personajes, así como el abismal vértigo de quedar a la deriva sin capacidad de asirse a nada. En su base, la cinta es también una película de aventuras a contrarreloj, en la que los protagonistas tienen que atravesar un territorio hostil y huir de la avalancha tecnológica que se les aproxima. Y por último se trata de una historia de carácter espiritual, un renacer vital, con una protagonista anímicamente marchita y que para sobrevivir al reto físico que tiene por delante, debe previamente curar sus heridas emocionales.
Cuarón arranca la película con un impactante plano secuencia de 17 minutos, indispensable para situar al espectador no sólo en el contexto ingrávido de los protagonistas, sino para adquirir la sensación de tiempo real en la que prácticamente se desarrolla la historia. Pasado ese plano secuencia ya el director abandona esa estructura temporal, pero ha sido suficiente como para que el espectador mantenga esa impresión hasta el final de la película. A pesar de lo frenético de algunas escenas, la cinta tiene un ritmo pausado, necesario para subrayar las condiciones físicas de la gravedad cero, pero también la tensión del momento. En esto ayuda enormemente el uso del sistema estereoscópico, convirtiendo a “Gravity” en una de las pocas películas que verdaderamente marca la distancia entre su visionado en 2D y 3D, con una narrativa que verdaderamente integra este formato, en lugar de utilizarlo como un mero adorno o curiosidad (la primera que llega a nuestras pantallas desde “La Vida de Pi”, nos atreveríamos a decir). El uso de la profundidad de plano aumenta la sensación de abismo en el espectador, al mismo tiempo que marca de manera especial la distancia entre los objetos, fundamental cuando el desplazamiento físico de los personajes es un auténtico desafío.
En el apartado interpretativo, la cinta supone un tour de force para los dos protagonistas, especialmente para Sandra Bullock, no sólo por el hecho de cargar sobre sus hombros íntegramente el desarrollo de la historia, sino también por las condiciones de rodaje, que les ha supuesto un esfuerzo físico añadido (colgados de cables dentro de un pequeño espacio que posteriormente se transformó en el espacio exterior en postproducción). Choca precisamente ver a una actriz como Bullock, habitualmente identificada con papeles más frívolos y lúdicos, pero ya la actriz había mostrado previamente su vena dramática en títulos como “Crash”, “Historia de un Crimen” o “The Blind Side. Un Sueño Posible” y aquí sale victoriosa del desafío, aunque quizás el bagaje previo de la actriz haga que el componente emocional de la película parezca más edulcorado. Por su parte, George Clooney se limita a interpretar un papel de apoyo, bien delimitado en su posición de secundario de peso, convirtiéndose en el soporte moral que ayuda a impulsar a la protagonista en su viaje físico y emocional.
La película ha contado también con una importante labor de postproducción, ya que todo el entorno que acompaña a los personajes ha sido recreado digitalmente, con el reto de calcular en todo momento la situación física de los personajes en ese espacio desconocido, la posición de La Tierra o la situación de los diferentes objetos. Todo diseñado de manera realista y milimétrica para transportar al espectador a 600 kilómetros de la superficie terrestre. Otro aspecto minuciosamente mimado ha sido el de sonido. Precisamente la ausencia de éste en el espacio exterior ha supuesto un importante reto para el equipo de la película diseñando elementos que soporten esa sensación de vacío, al mismo tiempo que, como comentábamos en nuestro podcast de Notas en un Fotograma del pasado miércoles 9 de octubre, la banda sonora se ha apoyado fuertemente en la partitura musical de Steven Price para dar voz a los objetos y la acción.
Es cierto que, pese a sus múltiples cualidades, “Gravity” no es una película perfecta, hay elementos no terminan de encajar de manera tan precisa como se pretendía. Así, desde un punto de vista de verosimilitud, cuesta unir la trama científica con la espiritual, ya que cuesta creer que la NASA se atreviera a enviar al espacio a un astronauta con el hándicap psicológico de la protagonista, o también la impronta poética de Cuarón no siempre casa bien con ese relato hiperrealista, como por ejemplo la ruptura de la cuarta pared por parte de una lágrima (un elemento dramático que desestabiliza la línea de la diégesis de la película). Habrá también quien no acepte a Sandra Bullock en este papel, aunque aquí en nuestra opinión, esto se puede deber más a un problema de prejuicio debido a la trayectoria previa de la actriz, ya que el esfuerzo de la actriz y sus logros en este trabajo son notables. En cualquier caso, todo esto forma parte del viaje que nos propone el director en la película, sin duda, uno de los acontecimientos de la temporada y de este año 2013.
ADIVINA QUIÉN VIENE AL CINE. PODCAST 19 DE OCTUBRE
NOTAS EN UN FOTOGRAMA. PODCAST 23 DE OCTUBRE
DIGITAL 104 FILM DISTRIBUTION PROYECTA SEIS DE SUS CORTOS
ESTRENOS DEL 25 DE OCTUBRE
Acabamos de pasar una semana que invita necesariamente a la reflexión. Desde hace varios años se viene buscando las causas de los bajos índices de recaudación de las salas de cine en nuestro país, obligando a muchas salas a cerrar y estigmatizando a España como uno de los países líderes en descargas ilegales por internet. En este tiempo se ha hablado precisamente del problema de la piratería, de la calidad de las películas, del cambio del sector hacia un entretenimiento doméstico, de la aparición de nuevas plataformas que compiten con las salas de cine y, sí, también se mencionó el precio de las entradas, aunque esto último principalmente por parte de los consumidores que consideraban, y lo siguen haciendo, excesivo el precio de las entradas. Los pasado días 21, 22 y 23 de octubre tuvo lugar la Fiesta del Cine, donde los espectadores podían disfrutar de precios mucho más económicos, 2,90€ la entrada, al cambio unas 483 pesetas. En Adivina Quién Viene al Cine, que ya peinamos alguna cana que otra, recordamos una época en la que el precio de la entrada estaba aproximadamente en ese montante. Lo cierto es que esta campaña ha sido un éxito desbordante, y durante esos tres días las salas han registrado un aumento de espectadores de un 550%. Se experimentaron colas como hacía tiempo que no se veían, salvo en las oficinas de desempleo. Ahora la pregunta que nos hacemos es, ¿siguen siendo la piratería, la calidad de las películas, el cambio del sector hacia un entretenimiento doméstico o la aparición de nuevas plataformas los responsables de que el público haya abandonado las salas de cine?, ¿son vinculantes los datos experimentados en estos tres días o se debe meramente a una cuestión puntual debido a la novedad de la campaña? Creemos que es importante reflexionar al respecto y sacar conclusiones si verdaderamente queremos sacar a flote el mercado cinematográfico. Mientras tanto, veamos qué más nos trae la actualidad de esta semana.
En 2009, una joven estudiante de la ESCAC, la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña, sorprendía con el estreno de su opera prima “Tres Días con la Familia”, una cinta coral que logró imponerse en diferentes festivales como Málaga o Cartagena y entregas de premios como los Goya o los Gaudí. Ahora Mar Coll regresa con su segundo largometraje, “Todos Queremos lo Mejor para Ella”, para el que ha contado también con la colaboración de la ESCAC. La cinta nos narra la historia de Geni, una mujer que un año después de sufrir un accidente de tráfico, cree estar lista para retomar su vida. Lo cierto es que, a pesar de su esfuerzo, a Geni su vida anterior al accidente ha dejado de interesarle y se siente incapaz de complacer a todo el mundo, especialmente a su familia. El desconcierto da paso a un comportamiento cada vez más errático y dentro de ella empieza a crecer la idea de fugarse y dejar toda aquella vida atrás. Protagoniza la película Nara Novas, recordada por su papel en la cinta de Agustí Villaronga “Pa Negre”, a la que acompañan Valeria Bertuccelli, Pau Durà, Àgata Roca y Clara Segura.
La carrera de Eugenio Mira ha estado dirigida sobre todo al cine de género, especialmente el thriller y el terror, y con apuestas de corte internacional que buscaban hacerse hueco en el mercado comercial. Tras “The Birthday” y “Agnosia”, el cineasta regresa ahora con “Grand Piano”, cinta de inspiración Hitchcoriana y con reparto internacional. La cinta nos narra la historia de Tom Selznick, el pianista con más talento de su generación, quien ha dejado de dar conciertos debido a su miedo escénico. Años después de una interpretación aciaga, reaparece ante el público en un esperado concierto en Chicago. Con el teatro abarrotado y ante el público expectante, Tom encuentra un mensaje escrito en la partitura: «Si fallas una sola nota, morirás». Tom debe descubrir, sin abandonar el escenario, cuáles son los motivos del francotirador anónimo para amenazarle y conseguir ayuda sin que nadie se dé cuenta. Protagoniza la cinta Elijah Wood, quien además cuenta con otra producción española, “Open Windows” de Nacho Vigalondo, entre sus próximos estrenos. Completan el reparto John Cusack, Kerry Bishé, Tamsin Egerton, Alex Winter, Allen Leech, Dee Wallace y Don McManus.
Desde su presentación en la pasada edición del Festival de Cannes, donde ganó la Palma de Oro, “La Vida de Adèle” ha ido generando diversas polémicas a su alrededor. Su duración (tres horas), lo explícito de sus escenas sexuales lésbicas o los enfrentamientos entre el director Abdellatif Kechiche, quien ya estrenó en nuestro país “La escurridiza, o cómo esquivar el amor” en 2003 y “Cuscús” en 2007, y su protagonista Léa Seydoux, vista en “Adiós a la Reina” y “Misión Imposible Protocolo Fantasma”, han sido fuente de muchos comentarios en los medios y las redes. Basada en la novela gráfica “El Azul Es un Color Cálido” de Julie Maroh, narra la relación entre Adèle, una chica de 15 años y Emma, una joven de pelo azul que le descubrirá lo que es el deseo y el camino a la madurez. Seydoux interpreta a Emma, mientras que el papel de Adèle corre a cargo de Adèle Exarchopoulos.
Que Sandra Bullock esté disfrutando ahora del aplauso crítico con “Gravity” no significa que haya dejado la comedia por el drama. Con la cinta de Alfonso Cuarón aún triunfando en taquilla, la actriz protagoniza junto a Melissa MacCarthy, otra intérprete especializada en el humor, “Cuerpos Especiales”, segundo largometraje como director de Paul Feig tras “La Boda de mi Mejor Amiga”. Bullock y McCarthy interpretan a la Agente Especial del FBI Sarah Ashburn –la Federal– y la agente de la policía de Boston Shannon Mullins –la Pelusa – quienes pese a sus diferencias unen sus fuerzas para cerrarle el negocio a un despiadado capo de la droga.
Uno de los éxitos sorpresa del pasado verano fue “El Expediente Warren. The Conjuring”, gracias a una propuesta clásica de cine de terror que encandiló al público. Cuando la película aún se mantiene en algunas salas comerciales, su director James Wan presenta “Insidious. Capítulo 2”, con la que avisa que se despide del género de terror para probar con otro tipo de argumentos (su próxima película será “A Todo Gas 7”). En esta segunda entrega regresan Josh y Renai Lambert, quienes ahora se han mudado con sus hijos a la casa de Lorraine, la madre de Josh, esperando olvidar el pasado y comenzar una nueva vida. Pero pronto la familia empieza a experimentar extrañas visiones y fenómenos amenazantes que les obligarán a desentrañar el oscuro secreto que les ha dejado peligrosamente conectados con el mundo espiritual. La cinta vuelve a estar protagonizada por Patrick Wilson, Rose Byrne, Ty Simpkins, Lin Shaye y Leigh Whannell, con la incorporación de la veterana actriz Barbara Hershey, quien ya en los 80 sufrió los ataques del Más Allá en “El Ente”.
ADIVINA QUIÉN VIENE AL CINE. PODCAST 29 DE OCTUBRE DE 2013
NOTAS EN UN FOTOGRAMA. PODCAST 31 DE OCTUBRE
ESTRENOS DEL 31 DE OCTUBRE
El último fin de semana de octubre se ha convertido en un cajón de sastre en lo referente a estrenos. Sorprende que se hayan aglutinado tantos nuevos títulos el mismo fin de semana en que nos llega una de las superproducciones hollywoodienses esperadas del año, “Thor. El Mundo Oscuro”, sin embargo se puede entender que las productoras hayan querido aprovechar la festividad del viernes para sacar mayor rédito a estos tres días. Lo otro que llama la atención es la variedad de títulos que se nos presentan, dando la impresión también de que esta festividad de Todos Los Santos se ha convertido en la fecha donde colocar todos aquellos títulos que no terminaban de encajar en ningún otro sitio.
“Al Final Todos Mueren” es una peculiar propuesta en la que varios cineastas nos acercan sus visiones del fin del mundo. Javier Fesser, Javier Botet, David Galán Galindo, Roberto Pérez Toledo y Pablo Vara son los autores de los diferentes episodios que conforman la película, cuyas historias se desarrollan a pocos días del fin de la humanidad a causa de un meteorito que impactará sobre la tierra. En este contexto los protagonistas intentarán dar sentido a sus vidas antes de su desaparición definitiva: un asesino psicópata enfrentado a la necesidad de finalizar su plan maestro, una invasión de románticos empedernidos a la caza desesperada del amor, la encarnizada batalla por lograr el acceso a unos supuestos búnkers que ofrecen la salvación y una embarazada a punto de dar a luz al último bebé del planeta.
Tras “Madrid, 1987”, el director y guionista David Trueba regresa a las pantallas con “Vivir es Fácil con los Ojos Cerrados”, cinta que toma como referencia la visita de John Lennon a España en 1966, tras abandonar los Beatles, para rodar a las órdenes de Richard Lester la cinta antibélica “Cómo Gané la Guerra”. En este contexto, se encuentran tres personajes: Antonio, profesor de inglés en un humilde colegio de Albacete quien decide emprender el viaje para conocer a su ídolo y hacerle una inusual petición; Belén, una joven de 20 años que se ha escapado de la turbia reclusión a la que está sometida por su familia y por el entorno social del país; y Juanjo, un adolescente de 16 años, que se ha fugado de casa en plena rebeldía juvenil y enfrentamiento con su padre. Lennon será para ellos un símbolo de libertad, una aspiración. Protagonizan la cinta Javier Cámara, Natalia de Molina, Francesc Colomer, Ariadna Gil, Jorge Sanz y Ramon Fontserè.
No es habitual que nos llegue a la gran pantalla un documental, y mucho menos de naturaleza. Es cierto que en los últimos tiempos, hemos visto estrenarse algunos títulos de no ficción centrados en aspectos como la música o cuestiones sociopolíticas, pero parece que otras temáticas lo tienen más difícil para hacerse un hueco en las carteleras. “Blackfish” nos cuenta la historia de Tilikum, una orca que ha matado a varias personas a lo largo de su vida en cautividad. La directora Gabriela Cowperthwaite reúne en este documental imágenes impactantes y entrevistas con una gran carga emotiva para explorar la extraordinaria naturaleza de estas criaturas, el trato que estas especies reciben en cautiverio, la vida de sus adiestradores y las presiones que ejerce la industria de los parques acuáticos. “Blackfish” nos invita a reflexionar sobre la relación que tenemos con la naturaleza y nos enseña lo poco que los humanos hemos aprendido de estas criaturas tan extremadamente inteligentes y sensibles.
Tampoco es corriente que los largometrajes protagonizados por el gato cósmico Doraemon lleguen a nuestras pantallas. Generalmente este tipo de producciones parecen estar restringidas al mercado doméstico. Sin embargo, en el caso de “Doraemon y Nobita Holmes en el Misterioso Museo del Futuro”, nos encontramos con una cinta que ha recibido el beneplácito de la crítica y ha supuesto un inesperado éxito de taquilla en Japón. El secreto de su éxito parece estar en su directora, Yukiyo Teramoto, quien ha sabido darle una nueva frescura al personaje y sus aventuras. En esta ocasión, un misterioso ladrón llamado Deluxe le arrebata el cascabel a Doraemon mientras duerme. Para localizar el objeto perdido, Doraemon le da a Nobita un traje de detective “sherlockiano” con el que reúne las pistas que les llevan a él y a sus amigos al Museo del Futuro, en el siglo XXII. Allí conocen a grandes personajes con grandes secretos y una amenaza que se cierne sobre ellos.
La comedia costumbrista francesa “El Postre de la Felicidad” tiene un origen peculiar. Su director, Jérôme Enrico, sacó el libreto de un curso para guionistas que él impartió. La cinta nos narra la historia de Paulette, una jubilada de mal carácter, solitaria y amargada, a la que su escasa pensión no le llega para sufragar sus gastos. Tras encontrarse con una bolsita de cannabis, decide dedicarse a la venta a pequeña escala de droga para obtener ingresos de forma fácil. Pero la presencia constante de la policía y de peligrosos traficantes en el barrio, la empujan a ella y a unas amigas a cambiar de "negocio", dedicándose a la repostería "alegre" con la marihuana como principal ingrediente. Protagonizan la cinta Bernadette Lafont, Carmen Maura, Dominique Lavanant, Françoise Bertin y André Penvern.
Tras el éxito de “Drive” en 2012, el cineasta Nicolas Winding Refn y el actor Ryan Gosling no tardaron en reunirse y planificar una nueva película juntos. “Sólo Dios Perdona” es un título que responde más a las pulsiones violentas del cine anterior de Refn, apostando por una puesta en escena desbordante y excesiva. Julian, un fugitivo de la justicia estadounidense, dirige un club de boxeo en Bangkok que actúa como tapadera para su negocio de la droga. Su madre, cabecilla de una gran organización criminal, llega a Bangkok procedente de los EE.UU para repatriar el cuerpo de su hijo favorito, Billy. El hermano de Julian acaba de ser asesinado después de haber masacrado brutalmente a una joven prostituta. La madre, loca de rabia y sed de venganza, exige a Julian la cabeza de los asesinos de su hermano. Pero primero, Julian tendrá que enfrentarse a Chang, un misterioso policía retirado conocido como el Angel de la Venganza que está decidido a acabar con el corrupto inframundo de los prostíbulos y clubs de lucha.
En este ambiente de paranoia sobre el espionaje estadounidense nos llega “Pacto de Silencio”, nueva película como actor y director de Robert Redford, que toca algunos de los pecados no resueltos de esta sociedad. Redford interpreta a Jim Grant, un abogado especializado en derechos civiles y un padre soltero que vive en la tranquilidad de los suburbios de Albany (Nueva York) con su hija. Su vida da un giro radical cuando un joven periodista llamado Ben Shepard desvela su verdadera identidad como un antiguo radical antibelicista de los 70 y su condición de fugitivo buscado por asesinato. Después de vivir discretamente como abogado durante más de 30 años, Grant se verá obligado a darse a la fuga. Es el objetivo de una caza humana a escala nacional; con el FBI pisándole los talones, se embarca en un viaje a lo largo del país para dar con la persona que puede limpiar su nombre. Para esta cinta, Redford ha contado con un importante elenco encabezado por él mismo y Shia Lebeouf, a los que acompañan Julie Christie, Stanley Tucci, Nick Nolte, Chris Cooper, Susan Sarandon, Sam Elliott, Brendan Gleeson, Terrence Howard, Richard Jenkins y Anna Kendrick.
En la cresta de la ola del éxito, gracias a sus papeles en “500 Días Juntos”, “Origen” o “El Caballero Oscuro. La Leyenda Renace”, Joseph Gordon Levitt ha decidido dar el salto como guionista y director con “Don Jon”, revisión del mito de Don Juan acorde a los nuevos tiempos, marcados por el culto al cuerpo, los bares de ligue y la pornografía. Jon es un joven que vive una vida disoluta, con una peculiar lista de prioridades, y para el que llevarse una mujer a la cama cada noche o navegar por Internet en busca de pornografía es un hábito muy apreciado. Esa rutina cambiará cuando conoce a Barbara, con la que busca iniciar una relación seria, pero a la que no podrá ocultar sus aficiones en el terreno virtual. Además de su presencia, Gordon Levitt cuenta con un importante gancho comercial con la presencia de Scarlett Johansson, a la que se unen también Julianne Moore, Tony Danza, Glenne Headly y Brie Larson.
Tras el éxito de “Iron Man 3”, llega el segundo episodio de la fase 2 de Marvel, “Thor. El Mundo Oscuro”. Como en las aventuras de Tony Stark, esta nueva película nos presenta a esta versión superheróica del dios nórdico del trueno tras los acontecimientos de “Los Vengadores”. De regreso a Asgard con su cautivo hermano Loki, Thor busca establecer el orden en todo el cosmos, pero una antigua raza liderada por el vengativo Malekith regresa para volver a sumir al universo en la oscuridad. Thor se enfrenta a un enemigo al que ni siquiera Odín y Asgard pueden hacer frente y deberá embarcarse en su viaje más peligroso a la vez que personal. En esta aventura se reunirá con Jane Foster y se verá obligado a sacrificarlo todo para salvar a la humanidad. La cinta supone la recuperación de los actores de la primera entrega, Chris Hemsworth, Natalie Portman, Tom Hiddleston, Anthony Hopkins, Jaimie Alexander, Idris Elba y Stellan Skarsgard, con Christopher Eccleston en el papel de Malekith. En lo referente a la dirección, Kenneth Branagh cede el testigo a Alan Taylor, más conocido gracias a su trabajo en la exitosa serie de televisión “Juego de Tronos”.
ESTRENOS DEL 15 DE NOVIEMBRE
A las puertas de iniciar la precampaña navideña, que tendrá como pistoletazo de salida el estreno el próximo viernes 22 de noviembre de “Los Juegos del Hambre. En Llamas”, esta semana contamos con un interesante conjunto de estrenos, donde podemos resaltar la presencia de cineastas como Santi Amodeo, Luc Besson y Woody Allen. Además, el abanico de géneros abarca la comedia disparatada, la parodia, el terror y el drama en su búsqueda de llegar a un amplio espectro de público.
Santo Amodeo es un cineasta atípico. Ya desde sus primeros cortos y con su debut con “El Factor Pilgrim” (dirigida a cuatro manos con Alberto Rodríguez), había dejado claro que lo suyo no era un cine convencional. Con cuatro películas en 13 años en su haber, y siete años después del estreno de su anterior trabajo, “Cabeza de Perro”, llega ahora con la que, al menos en apariencia, es su apuesta más comercial, “¿Quién mató a Bambi?”, una comedia disparatada que cuenta a su favor con un reparto coral de lo más llamativo, encabezado por Clara Lago, Quim Gutiérrez, Ernesto Alterio, Julián Villagrán o Úrsula Corberó. Con guiños al cine de cineastas estadounidenses como los Hermanos Coen, Judd Apatow o Todd Phillips, o clásicos de la comedia como “Un Pez Llamado Wanda”, “¿Quién mató a Bambi?” es la historia de dos jóvenes amigos que tienen que encontrar la manera de que el Presidente de la compañía en la que trabajan, y suegro de uno de ellos, regrese sano y salvo a su casa, ya que por extrañas circunstancias se encuentra encerrado semidesnudo en el maletero de su coche. Paralelamente, un empresario acuciado por las deudas y su socio intentan un secuestro exprés, aunque por una serie de desafortunadas coincidencias acaban secuestrando a su padre por equivocación. A partir de ahí los problemas crecen.
La filmografía de Manuel Carballo se ha definido hasta ahora de acuerdo a los patrones del cine de terror, tras títulos como “El Último Justo” y “La Posesión de Emma Evans”, y siempre con la mirada puesta en un formato de cine comercial exportable al exterior. Estos mismos elementos vuelven a reunirse en “Retornados”, nueva vuelta de tuerca a la temática zombie desde una perspectiva no carente de reflexión social y contemporánea. Los retornados de la película son pacientes que han sido infectados por un virus que convierte a la gente en zombi. De momento no existe una cura definitiva y sólo un tratamiento diario específico permite a los pacientes seguir con sus vidas con total normalidad. Pero el clima social se vuelve cada vez más tenso tras varios ataques por parte de grupos Anti-Retornados y la existencia de rumores fundados acerca de la escasez de stock del tratamiento. La protagonista de la historia es Clara, una doctora de la “Unidad de Retornados” de un hospital, cuyo marido es un retornado. Cuando el Gobierno ordena que todos los Retornados ingresen en un centro militar de alta seguridad, la pareja decide huir llevándose consigo todas las dosis que han conseguido reunir. Rodada en inglés, la cinta cuenta con un reparto internacional encabezado por Emily Hampshire y Kris Holden-Ried, vistos en “Cosmopolis” y “Underworld: El Despertar”, respectivamente.
Tras hacerse un hueco en la industria como guionista de varias entregas de la saga “Saw”, Marcus Dunstan probó suerte como director con “The Collector”, un slasher en la línea de la franquicia que le había proporcionado éxito, pero que a su vez buscaba apostar por cierto toque de frescura al género. Estrenada en 2009, aquella película gozó de buena aceptación, abriendo las puertas a una segunda entrega que llega a nuestras carteleras este fin de semana. En “The Collection” recuperamos al personaje de El Coleccionista, ese asesino psicópata con apetencia por secuestrar a personas y torturarlas con una serie de imaginativos y macabros artefactos. Su última víctima es Elena, una joven de buena familia, cuyo padre contrata los servicios de Arkin, el único superviviente de los crímenes de El Coleccionista, para localizarla antes de que sea demasiado tarde. Dunstan recupera a los dos antagonistas de la anterior película, Josh Stewart y Randall Archer y añade nuevos rostros a la trama, como Emma Fitzpatrick o Christopher McDonald.
Gran fan de las películas de gangsters, el cineasta Luc Besson encontró el material ideal para homenajearlo en la novela de 2005 “Malavita” del escritor italiano Tonino Benacquista. Para llevarla a la gran pantalla se quiso hacer acompañar de verdaderos expertos en la materia, contando con Martin Scorsese en la producción, Robert DeNiro como protagonista y Michael Caleo, guionista de algunos episodios de “Los Soprano” en el libreto. DeNiro, en un rol paródico cercano a su papel en “Una Terapia Peligrosa”, interpreta al capo Fred Manzoni, quien tras traicionar a sus compañeros mafiosos entra en el programa de protección de testigos junto con su mujer y dos hijos y acaba refugiado en un tranquilo pueblo en Francia. Sin embargo, una vez allí, los Manzoni no pueden evitar recaer en viejas costumbres al lidiar con sus problemas al estilo de la "familia". Junto a DeNiro encontramos otros nombres importantes, como Michelle Pfeiffer y Tommy Lee Jones, a los que se unen los menos veteranos Dianna Agron, conocida por su papel en la serie “Glee”, y John D’Leo. Además, la cinta está poblada de otros actores habituales del cine de gangsters moderno como Vincent Pastore o Raymond Franza.
Woody Allen sigue puntual a su cita anual con “Blue Jasmine”. Tras su periplo europeo, el cineasta regresa a Estados Unidos con una historia que se desarrolla entre ambas costas, Nueva York y San Francisco y abandonando ligeramente su tono humorístico para proponernos una historia cargada de ironía, pero también de drama. La Jasmine es una conocida personalidad de la alta sociedad de Nueva York. Casada con un adinerado hombre de negocios, está acostumbrada a una vida de lujo, hasta que los engaños de su marido la dejan en la ruina y tiene que regresar a San Francisco a vivir con su hermana Ginger. Mientras espera a que su mundo se recomponga, Jasmine no puede evitar despreciar su nueva situación y el estilo de vida de su hermana. La cinta está protagonizada por Cate Blanchet, definida por Woody Allen como la mejor actriz de su generación, y cuenta con la presencia de Alec Baldwin, Sally Hawkins, Bobby Cannnavale, Andrew Dice Clay, Michael Stuhlbarg, Peter Saarsgard y Max Casella.
NOTICIAS 19 DE NOVIEMBRE DE 2013
“DON JON”. AMOR Y SEXO EN EL SIGLO XXI
Llama la atención como en los últimos años han proliferado las historias acerca de la adicción al sexo, en relación con la proliferación de la pornografía a través de Internet. La última en incorporarse a esta tendencia ha sido “Don Jon”, debut en la dirección de Joseph Gordon Levitt, quien nos presenta una historia donde reflexiona sobre las relaciones sentimentales en el siglo XXI y el modelo de sociedad que está dibujando el desarrollo de los medios virtuales.
El título de la película supone una referencia directa a la figura de Don Juan Tenorio, partiendo de ella como cliché, pero marcando algunos nexos en común con su referente literario (en este sentido, podemos encontrar mayor afinidad con la versión de Zorrilla que con “El Burlador de Sevilla” de Tirso de Molina). El protagonista es también un seductor, interesado exclusivamente en satisfacer sus más bajas pasiones, sin lazos ni responsabilidades. Eso sí, este Don Jon no es un soldado, ni aristócrata, ni un poeta, es un proletario sin estudios, carne de barriada, un Tony Manero del siglo XXI obsesionado con moldear su cuerpo para atraer a sus presas. Su universo falocéntrico cambia al conocer a Barbara, su Doña Inés particular, quien le recrimina sus excesos sexuales y, en especial, sus experiencias onanistas con vídeos pornográficos, pero que, en este caso, no es aquella joven inocente y pura, desconocedora de las cosas de la vida, sino más bien todo lo contrario, una mujer manipuladora y consciente del efecto que causa en el género masculino, algo que aprovecha para manejar al protagonista a su antojo.
La personalidad machista y agresiva de Jon surge de su entorno, concretamente de su familia, donde sus padres marcan un contexto conservador y represivo. Mientras su padre es un fracasado que únicamente se sabe relacionar con su hijo de manera violenta, su madre vuelca su vacío existencial en la demanda a su hijo de una perpetuación de ese mismo modelo patriarcal que la tiene esclavizada. El único elemento discordante es la hermana menor, Mónica, ausente y pasiva ante el ambiente reaccionario que se vive en las reuniones familiares de los domingos. Además, habría que destacar también el personaje de Esther, una mujer madura, con un grave conflicto emocional interno, pero que supone todo un desafío para el protagonista, al romper con todos sus patrones sobre el género femenino.
Y después está el sexo. Internet se ha convertido en un cajón de sastre donde el internauta puede encontrar todo aquello que busca, no sólo pornografía, de una manera fácil y rápida. Esta sobreexposición de estímulos a la que nos vemos sometido tiene un importante efecto psicológico y social. Como individuos hemos desarrollado un comportamiento egocéntrico, donde todo se gira alrededor de nuestros deseos y apetencias, así como un rápido desafecto hacia esos elementos que hemos obtenido sin esfuerzo. A nivel social, esto desemboca en una sociedad cada vez más individualista, incomunicativa y superficial, incapaz de alcanzar la felicidad al no entablar relaciones afectivas más profundas, más complejas que la satisfacción del estímulo inmediato. Jon ha entrado en esta espiral, el vacío existencial de su vida lo llena con ese sexo rápido que encuentra en los sitios web pornográficos que visita, construyendo en su cerebro una visión de la sexualidad desproporcionada e inalcanzable que marca el listón que exige a sus relaciones de pareja.
En su debut tras la cámara, Joseph Gordon Levitt no peca de ambicioso. La suya es una modesta opera prima de seis millones de dólares, contenida, sincera, sin grandes aspavientos, centrada más en los personajes y su entorno que en complejos giros argumentales o una sofisticada puesta en escena, y precisamente eso pasa a ser una de sus principales virtudes. No genera grandes expectativas y todo está presentado con sencillez y claridad diáfana, pero aportando suficiente calado a la historia y los personajes como para cautivar al espectador. Así, por ejemplo, el cineasta juega con el carácter reiterativo y rutinario de la vida de su protagonista para rehacer una misma situación (sus visitas a la iglesia, a la casa de sus padres, al gimnasio, a la discoteca) en diferentes momentos temporales, ayudando de esa manera a apreciar la evolución del personaje.
Tampoco se complica con una alambicada definición psicológica de los personajes. Estos juegan dentro de unos márgenes un tanto elementales, para que el público enseguida pueda clasificarlos. Es posteriormente, gracias al excelente trabajo de dirección de actores, que estos personajes pasan a tener más entidad en pantalla. Ahí hay que aplaudir cómo juegan con los clichés los dos protagonistas. Tanto Gordon Levitt como Scarlett Johansson disfrutan con los estereotipos que representa Jon y Barbara, (él marcando cachas, ella con sus vestidos ajustados y su sempiterno chicle se presentan como dos personajes construidos desde la apariencia hacia el interior), pero son los secundarios los que dan riqueza a la cinta. La recuperación de actores como Tony Danza o Glenne Headly es maravillosa, y Julianne Moore es una actriz con un magnetismo que aporta mucho carisma a su personaje.
A la hora de reflejar en pantalla este mundo de pornografía en el que vive el protagonista, Gordon Levitt no se anda con chiquitas ni busca falsear lo que circula por la red. El cineasta acude a las fuentes directas y emplea material pornográfico auténtico, aunque siempre jugando con el montaje para no mostrar más allá de los establecido para el cine mainstream, y utilizando estas imágenes como modelo idealizado que contrasta con los encuentros sexuales reales del protagonista. Sin embargo, esta referencia va más allá, quedando especialmente patente en el lenguaje empleado por el protagonista, quien continuamente emplea un leguaje explícito y vulgar, con profusión de términos relacionados con posturas o prácticas sexuales del cine pornográfico.
Con estos ingredientes, Gordon Levitt consigue alcanzar su objetivo que es ofrecer una cinta pequeña, modesta, pero interesante, capaz de entretener al público y ofrecer una reflexión abierta sobre el estado actual de nuestra sociedad, pero sin resultar pretencioso o dogmático.
CINE EN CANARIAS. “HÉROE”/”VERDAD Y CONSECUENCIA”.
El pasado miércoles 30 de octubre tuvo lugar en TEA Tenerife Espacio de las Artes de los cortometrajes “Héroe” y “Verdad y Consecuencia” realizados por Juan José Ramallo y Vasni Ramos, cabezas visibles de la productora El Hombre Invisible Films. Como breve aperitivo, y en previsión de la intensa noche que nos esperaba, la pareja abrió la sesión con la proyección fuera de programa de la pieza “Avant, François”, pequeño guiño humorístico al llamado cine leve, donde Ramos tras la cámara y Ramallo como protagonista buscaban reproducir los modos de esta corriente liderada por cineastas como Josep Vilageliu o Daniel León Lacave.
Tras la presentación de “Avant, François”, el verdadero programa de la noche comenzó con “Héroe”, plasmación de una idea de Juan José Ramallo, quien protagoniza la historia y co-dirige junto a Vasni Ramos. Al igual que ya demostrara con su propuesta de videoclip para la canción “Varúð” del grupo islandés Sigur Rós, se trata de una historia de corte intimista y emocional, de indagación personal a la hora de salir del pozo negro de la depresión, sin embargo, mientras que el videoclip surgía de una experiencia real, aquí Ramallo se adentra en el terreno de la fantasía, interpretando a un hombre con superpoderes, una especie de Superman en horas bajas, devastado ante la pérdida de la mujer que amaba. La puesta en escena se aleja de la plasmación épica de las habilidades del protagonista y prefiere una narrativa emocional, donde precisamente los momentos heroicos son vistos desde la distancia e incluso fuera de plano, mientras que lo que impera es la plasmación de esa destrucción interna de alguien inmune a las amenazas externas y que ya no encuentra sentido a la vida. Para ello, Ramos y Ramallo hacen uso expresivo del plano corto, del acompañamiento musical y de un montaje de ritmo pausado que subraya el vacío existencial del héroe derrotado, un acercamiento que curiosamente (y dicho sin malicia), a nivel conceptual, no se aleja demasiado de algunos de los postulados de ese cine leve que los autores parodiaban en “Avant, François”.
Llama la atención el trabajo de dirección de fotografía, realizado aprovechando las posibilidades de luz natural de las diferentes localizaciones donde se rodaron las escenas y que consiguen darle al conjunto una sugestiva estética cromática. Contando con la colaboración de Conrado Flores, miembro junto a Ramallo del quinteto cómico El Supositorio, en un papel secundario, la poderosa propuesta audiovisual tiene su kriptonita particular en los escasos momentos de diálogo, donde la fuerte presencia en pantalla de los dos actores se ve lastrada por una declamación afectada, válida para sus experiencias en la comedia, pero que en este caso suenan de manera artificial y rompen con el naturalismo de la puesta en escena. En cualquier caso, se trata de un leve (de nuevo dicho sin malicia) inconveniente para esta interesante relectura del mundo del cómic y de la fragilidad emocional del ser humano.
En “Verdad y Consecuencia” nos encontramos con un trabajo en solitario de Vasni Ramos, quien suma con este título un nuevo peldaño en su carrera como realizador tras cortometrajes como “Buenas Noches” o “En un Momento”. En este sentido, se trata de un título más cercano a las características de “Buenas Noches”, un thriller de impacto, con cierto toque a lo “Saw”, que concentra la mayor parte de su fuerza en un protagonista ausente que amenaza con su voz a los dos personajes en pantalla. La principal diferencia es que mientras en aquel, Ramos situaba al espectador a favor del torturado, aquí lo emplaza en la posición del torturador. “Verdad y Consecuencia” utiliza la ficción para acercarse a la realidad social y política actual, denunciando el juego de intereses creados que motiva a los dirigentes de nuestro país.
Dadas las características de la historia, Vasni Ramos opta por una puesta en escena desnuda, casi teatral, con una mínima escenografía y oscureciendo el entorno que rodea a los personajes. Aquí el trabajo de director de fotografía, David González, busca subrayar esa sencillez y desnudez del espacio, situando los puntos de luz en lugares clave para definir la estética de la escena. Con respecto al guion, estamos ante un corto escrito con rabia y directo, que evita subterfugios y va al grano, pero al que se le hubiese agradecido una mayor indagación en los temas que trata. El interrogatorio a los dos protagonistas busca ser incendiario y sorpresivo, pero, en nuestra opinión, apenas araña a un nivel superficial de un tema que podría haber dado mucho más juego y mayor capacidad de denuncia. De esta manera, se deposita toda la intensidad en el trabajo de los actores, la planificación y el montaje, generando una atmósfera desasosegante y cargada de rabia hacia las revelaciones que van realizando los personajes encarnados por José Luis de Madariaga y Borja Elgea. Llama la atención la interpretación de ambos actores, empleando un lenguaje corporal y un tono al hablar para dejar clara la tendencia política de cada uno de sus personajes, por encima incluso del propio diálogo. Winslow Iwaki, por su parte, más allá de su presencia testimonial como encapuchado, afronta el reto de ser el motor de todo el cortometraje, desarrollando su personaje recurriendo únicamente a la voz, reflejando esa cólera acumulada y el tono amenazador. El resultado es un cortometraje intenso, directo y necesario, que busca expresar de manera artística la voz de muchos y reclama un cambio en nuestra sociedad, pero al que le hubiese sentado mejor un mayor trabajo de guion.